jueves, 20 de febrero de 2020

El histórico pueblo de Zalatitán: Parte 1


El histórico pueblo de Zalatitán





Introducción

El territorio de lo que hoy es el municipio de Tonalá está conformado por varios pueblos que hoy han sido devorados por el crecimiento urbano, el cual aún sigue en proceso, muchas personas de distintas partes de la ciudad migran a este municipio a habitar algunos fraccionamientos que se han construido en los últimos años, lo que ha hecho que en la actualidad sus pequeños pueblos estén conformados por una población que se discute entre quienes han sido sus habitantes de toda la vida y que conservan orgullosamente su identidad, y aquellos que viven en el mundo de su colonia o coto y viven sin comprender del todo las costumbres y tradiciones del lugar.

Los diversos pueblos que forman parte del municipio de Tonalá, que muchos han dado en llamar “pueblos antiguos” (ya que al igual que la cabecera municipal tienen una antigüedad que se remonta a los tiempos prehispánicos o coloniales) son poblados que conservan un sinfín de costumbres, tradiciones, actividades económicas (agricultura, ganadería, producción artesanal) y creencias que les han dado identidad y ha hecho que sus habitantes sigan en esta constante lucha de conservar a “su pueblo” aunque muchos de estos sigan siendo devorados por el crecimiento urbano.
En esta entrada pretendo ahora contarles la historia del pueblo de Zalatitán, uno de los tantos pueblos de Tonalá, continuando con un recorrido que se hará desde Tetlán a la cabecera municipal.


Ubicación de Zalatitán

Zalatitán se encuentra en la zona limítrofe entre Guadalajara y Tonalá, es una pequeña población ubicada justo al oriente de Tetlán y el traslado de un lugar a otro lleva de 5 a 10 minutos.

El lugar que marca el límite entre ambos municipios es el conocido Parque de la Solidaridad o “la soli”, lugar que antiguamente albergó la Presa de Osorio –de la que les comentaré más adelante-; prácticamente este sitio marca esta separación entre ambos poblados.

Si pensamos en la ubicación del poblado desde la cabecera municipal de Tonalá, aproximadamente toma de 30 a 40 minutos el traslado desde esta.
Actualmente existen muchas rutas de autobús que llevan a Zalatitán como la ruta 614 Rosario o Bosques, 612, 27-A, 808 o el sitren línea 2 por mencionar algunas.

Toponimia

 Glifo de Zalatitán. Foto tomada de Facebook: Mi Zalatitan pueblito querido
La misma se encuentra en la obra de Refugio Figueroa


Zalatitán significa “lugar de zalates”[1] o lugar de árboles frondosos, el árbol al que hace referencia es de hecho una especie endémica de la región -aunque si en algún momento el paisaje de dicho sitio estuvo poblado de estos árboles, hoy son pocos los que se pueden ver en los alrededores- el vocablo es una palabra compuesta del náhuatl que si la dividimos sería de esta forma: “Tzalatl” (zalate o árbol frondoso) y “Tlán” (lugar de),[2] su nombre original era Tzalatitán,[3]nombre que lleva este lugar desde la época prehispánica.

El ingeniero Refugio Figueroa, autor de la “monografía del histórico pueblo de Zalatitán” hace una recopilación sobre las menciones que han hecho sobre este pueblo algunos cronistas e historiadores:

“Los historiadores que citan al pueblo de Zalatitán a la llegada de los españoles, en sus diferentes crónicas, con sus variaciones en cuanto a la forma de escribir el nombre, citamos los siguientes: Antonio Tello (Tzalatitlan), Matías de la Mota Padilla (Zalatitlan), Francisco Frejes (Salatitàn), Manuel Aguirre (Tzalatitán), Luis Páez Brotchie (Zalatitlan).”[4]



Árboles de Zalate. Fotos tomadas de facebook: "Pueblo de Zalatitan mis raices"

Zalatitán en la época prehispánica

Se desconoce la fecha de fundación de Zalatitán, al igual que la de otros pueblos aledaños como Tetlán, Tlaquepaque, Coyula o Tonalá. Antes de la llegada de los españoles, varios pueblos indígenas fueron asentándose en distintos sitios del Valle de Atemajac, fundando algunos pueblos de los atrás mencionados.

En el pueblo de Zalatitán se han encontrado varios vestigios prehispánicos como puntas de lanza, hachas, utensilios de cerámica, entre otros.[5] Existen otras fuentes de información, como lienzos indígenas o crónicas escritas por conquistadores españoles o frailes donde se da fe que en este poblado ya había una sociedad con un sistema de vida que establecía relaciones entre ellos y sus vecinos.

Zalatitán perteneció a la monarquía de Tonallan, que a la llegada de los españoles estaba gobernada por la cacica Cihualpilli Tzapotzintli; se dice de este reino que fue poblado inicialmente por indígenas zapotecas y posteriormente toltecas de los que se sabe, ellos impusieron sus costumbres, religión, técnicas militares entre otras. Posteriormente, distintas poblaciones del reino fueron pobladas por indígenas cocas y tecuexes.[6]

Es poca la información que existe sobre la historia prehispánica de Tonalá, esto no quiere decir que no existan investigaciones ya que algunos arqueólogos e investigadores han trabajado algunos sitios que existen dentro de su territorio.

Se sabe, en palabras de Anesagasti, que el reino de Tonallan, que a la llegada de los españoles gobernaba la reina Cihualpilli Tzapotzintli, tenía la siguiente extensión:

Los dominios de este antiguo y regio cetro se extendían por el Oriente y el Norte únicamente hasta las márgenes del Chicnáhuac o 9 aguas o Río Grande y desde Juanacatlán hasta Tlajomulco por el Sur, extendiéndose al Poniente hasta el pueblo de Xálat (hoy Jala). Todo se comprendía bajo cuatro tactoanazgos o señoríos: primero, Tetlán: segundo, Tlajomulco; tercero, Tololotlán; y cuarto, Xálat, donde habitan hombres agigantados.[7]

Hasta lo que se sabe, el reino de Tonallan estuvo conformado por indígenas cocas y tecuexes, aunque ningún historiador se ha puesto de acuerdo en el número de tribus que habitaban en el Valle de Atemajac, Salvador Pérez Contreras cita a Orozco y Berra, el cual menciona este último que “…los nahualtecas que se establecieron allá abajo, nombrando a su aldea Coyolan. Los tzitlaltecas, radicados en Zalatitán. Los chiltecos, asentados desde hace tiempo en el lugar llamado Tetlán”.[8] Otra versión dice que “Tzalatitán puede haber sido una comunidad tecuexe”.[9]

No se puede asegurar hasta ahora qué tipo de comunidad pobló Zalatitán antes de la llegada de los españoles y saberlo podría ser tema para una investigación posterior, lo cierto es que este pueblo tuvo un pasado prehispánico y fue un pequeño señorío dependiente del cacicazgo de Tonalá, Zalatitán era gobernado –al momento que arribaron los españoles- por un cacique de nombre Coyopitzantli.[10]

En las crónicas de Tello son mencionados algunos caciques en el recibimiento de los españoles como el de Tetlán, Zalatitán, Atemajac, Tlaquepaque (mencionado como San Pedro)[11], Ocotlán entre otros, aunque a la llegada de estos ya existían otros tlatoanazgos como Tololotlán, Coyula o San Martín de las Flores; respecto a la rebelión que fue organizada en Tetlán en contra de los conquistadores, Zalatitán no es mencionado directamente entre los aliados de los tetlanenses, por ende, hay quienes aseguran que dicho señorío no participó en el levantamiento organizado por el cacique de Tetlán,[12] cosa que pondría en duda ya que el gentilicio “tzitlalteca” fue utilizado para referirse a los habitantes de Zalatitán por cronistas como Orozco y Berra; por su parte, Tello menciona a éstos últimos como parte de los que salieron al conflicto armado contra los españoles.[13]
Una vez terminada la conquista del reino de Tonallan, Zalatitán, junto con otros señoríos pertenecientes a este, recibieron a los españoles y juraron obediencia y lealtad a Nuño de Guzmán y al rey de España.[14]

La época colonial

Luego de la conquista efectuada por Nuño de Guzmán, este reservó para sí todos los señoríos aborígenes del área. En sus instrucciones a Francisco Verdugo a principios de 1531, él ubicaba a Tonalá dentro de la jurisdicción de la villa del Espíritu Santo (Guadalajara), es así que Tonalá, Tetlán, Tlaquepaque y Zalatitán aparecen, en 1544, como encomiendas pertenecientes a Guzmán.[15]

Se sabe que desde 1549 la Audiencia de Nueva Galicia proveía corregidores para los pueblos que recientemente habían pasado a manos de la corona: Tetlán, Tonalá, Tlaquepaque y Zalatitán. En los años 1563 a 1582 éste último fue unido a “Cuyutlan” (Coyula) y posteriormente anexado a Tonalá.[16]

Pueblo de indios

Se ha hecho mención que desde la época prehispánica existieron varios señoríos o pequeños estados o cuerpos políticos con diferentes grados de autonomía, muchos tributarios de la Triple Alianza encabezada por México-Tenochtitlan y otros independientes. Estas eran las unidades básicas de la organización política prehispánica. A la llegada de los españoles, estos se refirieron al señorío como pueblo, o dicho con mayor precisión, “pueblo de indios”.[17] Hay que aclarar que el término utilizado anteriormente define un pequeño estado o corporación política y su territorio y no una localidad en el sentido moderno de la palabra.

Señoríos como los mencionados en esta entrada y en la anterior dedicado a Tetlán, había hasta por un millar distribuidos en el actual territorio mexicano. Las primeras acciones de la conquista tenían por objetivo lograr un acomodo con los señoríos prehispánicos, redefinidos como pueblos de indios, de manera de permitir su control y dominación. Los rasgos de este proceso se expresaron en un sistema conformado por caciques, encomenderos y doctrineros.[18]

De la misma manera que la corona se hacía del control de los señoríos, a la vez necesitaba controlar y dominar a los españoles, quienes tenían algunos pleitos y desacuerdos, los cuales –sin las obligaciones de los encomenderos ni sujetos a reglas como los frailes- formaron ayuntamientos para escudarse en ellos y gozar de autonomía frente al ámbito jurisdiccional de los pueblos. La corona reaccionó de forma que para imponer el orden y control a estos y salvaguardar el espacio de los pueblos, quitó las mercedes de tierras e impuso alcaldes mayores, equiparables a los corregidores designados para los pueblos, posteriormente nombró regidores para cada ayuntamiento, lo que hacía que ésta nuevamente reafirmara su jurisdicción.[19]

En los llamados pueblos de indios, fueron los misioneros franciscanos quienes se encargaron de imponer el orden, estos a la misma vez cuidaban que los españoles no cometieran abusos a los naturales radicados en dichas poblaciones. Fue así que para los conquistadores y en general para los posteriores pobladores no era atractivo vivir en estos lugares, por lo que hacían en fundar las ciudades españolas lejos de los pueblos de indios.[20]

Guadalajara fue fundada del otro lado del río San Juan de Dios, muy alejado hacia el lado poniente de varios sitios que se convirtieron en pueblos de indios como Tonalá, Tetlán y el mismo Zalatitán; muy cerca del río –pero sin cruzar al otro lado- se encontraba Analco, pueblo de indios donde los franciscanos establecieron por un tiempo el convento, hasta trasladarlo definitivamente al lugar donde hoy se ubican los llamados “dos templos”.

Fueron los mismos españoles vecinos de Guadalajara quienes invitaron a los misioneros a estar cerca de su ciudad, ya fuera como un acto de amistad y lealtad y otra para que éstos hicieran uso de su papel como mediadores en caso de que hubiera alguna rebelión indígena.[21] Zalatitán, al ser un pueblo de indios muy alejado de la ciudad, no representaba preocupación alguna para los españoles.

Conquista espiritual



“Los caxcanes, tecuexes y cocas habitantes de esta zona dominados, contemplan como aquellos señores celebran una serie de ritos, que pasando el tiempo sabrán que es la semana Santa, contemplan la construcción de una iglesia rústica, se empiezan a familiarizar con un nuevo idioma…”[22] Fue común que en todos los pueblos de indios los misioneros enseñaran la doctrina cristiana a los indígenas para convertirlos a la nueva religión e irlos bautizando con el pasar de tiempo, lo que en consecuencia hacía que se abandonaran sus ritos, fiestas y adoración a sus antiguos dioses, remplazando el culto por la veneración a algún santo o advocación de Jesucristo o la Virgen María, convirtiéndolos así en los patronos del pueblo, de esta manera, los frailes adaptaron sus danzas y música en beneficio del culto cristiano,  quitando toda muestra de paganismo que les pareciera indecente o contrario a la moral cristiana.

Hasta el momento no he tenido acceso a fuentes primarias para confirmar quiénes fueron los primeros frailes en evangelizar a los naturales de Zalatitán, aunque es sabido que “el larario de Tetlan en un principio tuvo a su cargo los pueblos de Tzalatitlan, San Gaspar, San Martín, San Pedro, Tetlan, Santa Cruz, San Andrés, Huentitlan, Santa Ana, Atemáxac del Valle, Zoquipan, Ocotlan, Xocotlan, Techictlan y Tzapopan, entre algunos más, pueblos que después se gobernaron desde Guadalajara.”[23]

Fue así como los frailes fueron los iniciadores de una cultura bien definida basada en los valores cristianos, los cuales harían influencia en la vida de los pueblos de indios.

Se menciona por parte de Tello, que los franciscanos construyeron un convento franciscano en Tonalá durante los años cuarenta del siglo XVI, probablemente esta sería una asistencia de la doctrina de Analco.[24]       Sobre la administración eclesiástica que hubo en la época colonial, en los años setenta del siglo XVI, la llamada Santiago Tonalá fue doctrina de agustinos, e incluía Zalatitán y otros pueblos. En 1674, Zalatitán se convirtió en vicaría y en doctrina agustina aparte en 1760, hasta ser secularizada años después. Es así que para 1770 esta última se conservaba como una parroquia secular.

Se sabe que el icónico templo de Zalatitán fue construido a finales del siglo XVI,[25] hasta el momento, no se conocen fechas exactas acerca de su construcción y terminación,  tampoco hay investigador o documentos consultados que muestren estos datos. Lo que se puede decir es que por el tiempo en que permanecieron los agustinos a cargo de la parroquia, fueran ellos los constructores de dicha iglesia.

Zalatitán en los siglos XVI-XVIII

En los años de la época colonial ocurren algunos cambios que transformaron a los pueblos hoy pertenecientes a Tonalá, adaptándolos al proceso de mestizaje no sólo genético, sino también cultural. En la misma época también nacen algunos pueblos como San Gaspar o el Rosario –de los que se escribirá en entradas posteriores-, este último perteneció a Zalatitán hasta finales del siglo XVIII.

El siglo XVI fue para Tonalá de paz. Fue el período en que se trazan las cuadrículas de los pueblos típicas de la época colonial y que hoy les dan esa imagen de pueblo que los distingue actualmente (la iglesia y plaza cívica, en muchos casos con un kiosco en medio). Estas fueron realizadas en 1548,[26] a la vez que se fueron creando corregimientos y refundaciones para sustituir la encomienda de Nuño de Guzmán.

La economía de Zalatitán desde la época colonial se ha mantenido principalmente de la agricultura, esta población se ha dedicado desde tiempos prehispánicos a la cosecha de hortalizas y legumbres, así como a la fabricación de unas especiales artesanías de las que nos ocuparemos más adelante. Situación que en la época colonial hizo que algunos hacendados utilizaran a los indígenas de poblaciones como Tonalá, Coyula, Santa Cruz, Toluquilla o San Martín como mano de obra.[27]

Durante el siglo XVI se estableció el llamado “fundo legal” como una de las figuras legales para amparar las tierras de los indios,[28] lo que hacía que varios pueblos de indios de la época hicieran peticiones de tierras a la corona en los trescientos años de duración de la época, dichas peticiones están registradas en varios documentos, algunos de ellos transcritos en algunas obras hechas sobre el pueblo que nos ocupa.[29]

El fundo legal sufrió varios cambios en los tres siglos que ocupan este apartado, debido a las peticiones de tierras o de problemas con las hacienda., Respecto al siglo XVIII hubo serias dificultades con éste en la jurisdicción de Tonalá, que abarcaba los siguientes pueblos de 1750 a 1821: la cabecera, Coyula, San Gaspar, Zalatitán, San Andrés, San Pedro, Santa María, San Sebastián, Toluquilla, San Martín y Tololotlán;[30] algunos de estos pueblos como Tololotlán o San Martín tenían problemas en cuanto a la distribución de tierras, se sabe que para 1805, el fundo legal estaba completo y bien distribuido entre los naturales.

Para los años 1789-1793 Tonalá tenía una población de 5447 habitantes distribuidos en sus once pueblos, más dos parroquias, tres haciendas, seis ranchos y una estancia.[31] De esta población, Zalatitán contaba con 417 naturales “divertidos en el beneficio de sus huertas y llevar a Guadalajara las hortalizas. En este pueblo, a sus orillas, hay un baño de aguas termales cuyas virtudes están aprobadas por varios médicos. Al viento sur está el barrio del Rosario, que aunque tiene alcalde, regidor y demás justíciales, está agregado al pueblo de Zalatitán.”[32]

Efectivamente el barrio de El Rosario o “Rosario de los Palomitos” –del cual también se publicará una entrada posterior- perteneció al pueblo de Zalatitán, y fue en el año de 1794 que la Real Audiencia cedió a la petición de sus habitantes para separarse de este último y gozar de alcalde, regidor y escribano, esto debido a un conflicto que tuvieron los habitantes de los dos pueblos debido al crecimiento de las familias y el reducido territorio que tenía el pueblo de El Rosario.[33] Así, Tonalá contaba con otro pueblo bajo su jurisdicción, pueblo que ahora sigue siendo una delegación y tiene actividades económicas y tradiciones diferentes a las habidas en Zalatitán y Tonalá, situación que convierten a El Rosario en un pueblo único junto a los demás que conforman territorio tonalteca.

El siglo XIX

Poco se sabe hasta ahora sobre hechos importantes ocurridos en Zalatitán en el siglo XIX debido a pocos estudios existentes hasta la fecha. Una vez consumada la independencia en 1821 y la disolución del imperio en 1823, en este último año se optó por proclamar en el país una república federal, la cual duraría hasta el establecimiento del federalismo en 1835. En el penúltimo año mencionado, Zalatitán, junto con El Rosario y San Gaspar de las Flores acordaron unirse al sistema federado.[34]

Algunas descripciones hechas en el siglo XIX nos aportan algunos hechos sobre Zalatitán en el trascurso de la misma centuria; un documento firmado por Juan Díaz y Esteban Campechano –presidente y secretario de Tonalá respectivamente- mencionan la fama del pueblo que nos ocupa por temascal llamado “agua del obispo”.[35]

El ayuntamiento de Tonalá fue instituido desde que México se independizó de España, conformándose de “seis regidores, un síndico procurador, un alcalde, aunque en otro tiempo había dos, pero por leyes posteriores, existe sólo el que se ha referido.”[36] Tonalá se componía de los mismos pueblos de los que hemos hecho mención anteriormente, aunque respecto a Zalatitán, es descrito como un municipio independiente.[37]

Consulta la segunda parte en el siguiente enlace: https://historiasdelmaster.blogspot.com/2020/02/el-historico-pueblo-de-zalatitan-parte-2.html

José Eduardo González Amador
Pasante de licenciatura en historia
Universidad de Guadalajara



[1]Ortega Sánchez, José Carlos (et. Al.), Tonalá, sus delegaciones y agencias, Archivo municipal de Tonalá, 2010, p. 84
[2] Figueroa Benitez, Refugio, Monografía del histórico pueblo de Zalatitán, México 2010, p. 13.
[3] Basulto Lemus, Alfredo (et. Al.), Tonalá, tradición viva, Ayuntamiento de Tonalá, Tonalá, 2012-2015,
p. 40.
[4] Figueroa, op. Cit., p. 14.
[5] Figueroa, op. Cit., p. 1.
[6] Basulto Lemus, op. Cit. p. 3.
[7] Anesagasti y Llamas, Jaime de, “Tonalá, Ayer y Hoy, Apuntes para escribir la historia antigua y moderna de esta villa por el presbítero Jaime de Anesagasti y Llamas, 1892”, en González Ramírez, Laura (coord.), Vida y obra de Jaime de Anesagasti y Llamas, Tonalá, H. Ayuntamiento de Tonalá, 2014, p. 111.
[8] Citado por Figueroa, Op. Cit. p. 7.
[9] Figueroa, Op. Cit.  p. 7.
[10] Tello, p. 80.
[11] Tello, p. 80.
[12] Figueroa, Op. Cit. p. 25;
[13] Tello, Antonio, Libro segundo de la Cronica miscelanea, en que se trata de la conquista espiritual y temporal de la Santa provincia de Xalisco en el Nuevo reino de la Galicia y Nueva Vizcaya y descubrimiento del Nuevo México, México, 1981, p. 84.
[14] Tello, Op. Cit. p. 86.
[15] Gerhard, Peter, “La jurisdicción de Tonalá”, en Olveda, Jaime, Tonalá, historia y alfarería, Zapopan, El Colegio de Jalisco, 1999.  p. 26.
[16] Gerhard, Op. Cit. p. 28.
[17] García Martínez, Bernardo, “Los años de la conquista”,  en Velázquez García, Erik, (et. Al.),  Nueva Historia general de México,  México, El Colegio de México, 2010, p. 173.
[18] García Martínez, Bernardo, “Los años de la expansión”,  en Velázquez García, Erik, (et. Al.),  Nueva Historia general de México,  México, El Colegio de México, 2010, p. 217.
[19]García Martínez, Op. Cit. p. 217.
[20] Figueroa, Op. Cit. p. 32.
[21] Figueroa, Op. Cit.  p. 32.
[22] Figueroa, Op. Cit. p. 34.
[23]Begoldere Brito, Francisco J. (et.Al.), Rutas culturales Jalisco MX: Ruta franciscana de Tzapopan, Jalisco, Gobierno de Jalisco, 2009, p. 21.
[24] Citado en  Gerhard, Op. Cit.  p. 28.
[25] Basulto Lemus, Op. Cit. p. 40; Figueroa, Op. Cit. p. 74.
[26]Ortega Sánchez, Op. Cit. p. 85.
[27] Figueroa, Op. Cit.  p. 38.
[28] Castro Gutiérrez, Felipe, “Los ires y devenires del fundo legal de los pueblos de indios”, en Revista del Instituto de Investigaciones Históricas UNAM, México, 16 de agosto de 2016, en http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/homenaje/04_04_ires_devenires.pdf p. 69.
[29] Véase Figueroa, Op. Cit.  pp. 40-45; Olveda, pp. 39-54.
[30] Contreras Ojeda, Silvia Herminia, “Las tierras de las comunidades indígenas de Tonalá”, en Olveda, Jaime, Op. Cit. p. 44.
[31] Menéndez Valdés, José, “La jurisdicción de Tonalá (1789-1793)”, en Olveda, Op. Cit. p. 55.
[32] Menéndez Valdés, Op. Cit.  p. 57.
[33] Figueroa, Op. Cit. pp. 45-49.
[34]Ortega Sánchez, Op. Cit. p. 85.
[35]“Descripción geográfica de la villa de Tonalá y su comprensión (1868)”, en Olveda, Op. Cit. p. 61.
[36] Olveda, Op. Cit. p. 62
[37] Olveda, Op. Cit. p. 62

José Eduardo González Amador

Pasante de licenciatura en historia

Universidad de Guadalajara


2 comentarios:

  1. Amigos para hablar de historia sobre el pueblo de zalatitan se necesita muchos años de investigación .

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  2. Muy interesante, se nota qué hay mucha investigación detrás de tu trabajo. Excelente fuente de datos, gracias por compartirla!

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