El histórico pueblo de
Zalatitán
Introducción
El territorio de lo que hoy es el municipio de
Tonalá está conformado por varios pueblos que hoy han sido devorados por el
crecimiento urbano, el cual aún sigue en proceso, muchas personas de distintas
partes de la ciudad migran a este municipio a habitar algunos fraccionamientos
que se han construido en los últimos años, lo que ha hecho que en la actualidad
sus pequeños pueblos estén conformados por una población que se discute entre
quienes han sido sus habitantes de toda la vida y que conservan orgullosamente
su identidad, y aquellos que viven en el mundo de su colonia o coto y viven sin
comprender del todo las costumbres y tradiciones del lugar.
Los diversos pueblos que forman parte del municipio de
Tonalá, que muchos han dado en llamar “pueblos antiguos” (ya que al igual que
la cabecera municipal tienen una antigüedad que se remonta a los tiempos
prehispánicos o coloniales) son poblados que conservan un sinfín de costumbres,
tradiciones, actividades económicas (agricultura, ganadería, producción
artesanal) y creencias que les han dado identidad y ha hecho que sus habitantes
sigan en esta constante lucha de conservar a “su pueblo” aunque muchos de estos
sigan siendo devorados por el crecimiento urbano.
En esta entrada pretendo ahora contarles la historia
del pueblo de Zalatitán, uno de los tantos pueblos de Tonalá, continuando con
un recorrido que se hará desde Tetlán a la cabecera municipal.
Ubicación
de Zalatitán
Zalatitán se encuentra en la zona limítrofe entre
Guadalajara y Tonalá, es una pequeña población ubicada justo al oriente de
Tetlán y el traslado de un lugar a otro lleva de 5 a 10 minutos.
El lugar que marca el límite entre ambos municipios
es el conocido Parque de la Solidaridad o “la soli”, lugar que antiguamente
albergó la Presa de Osorio –de la que les comentaré más adelante-;
prácticamente este sitio marca esta separación entre ambos poblados.
Si pensamos en la ubicación del poblado desde la
cabecera municipal de Tonalá, aproximadamente toma de 30 a 40 minutos el
traslado desde esta.
Actualmente existen muchas rutas de autobús que
llevan a Zalatitán como la ruta 614 Rosario o Bosques, 612, 27-A, 808 o el
sitren línea 2 por mencionar algunas.
Toponimia
Glifo de Zalatitán. Foto tomada de Facebook: Mi Zalatitan pueblito querido
La misma se encuentra en la obra de Refugio Figueroa
Zalatitán significa “lugar de zalates”[1] o
lugar de árboles frondosos, el árbol al que hace referencia es de hecho una
especie endémica de la región -aunque si en algún momento el paisaje de dicho
sitio estuvo poblado de estos árboles, hoy son pocos los que se pueden ver en
los alrededores- el vocablo es una palabra compuesta del náhuatl que si la
dividimos sería de esta forma: “Tzalatl” (zalate o árbol frondoso) y “Tlán”
(lugar de),[2]
su nombre original era Tzalatitán,[3]nombre
que lleva este lugar desde la época prehispánica.
El ingeniero Refugio Figueroa, autor de la
“monografía del histórico pueblo de Zalatitán” hace una recopilación sobre las
menciones que han hecho sobre este pueblo algunos cronistas e historiadores:
“Los historiadores que citan al pueblo de Zalatitán a la
llegada de los españoles, en sus diferentes crónicas, con sus variaciones en
cuanto a la forma de escribir el nombre, citamos los siguientes: Antonio Tello
(Tzalatitlan), Matías de la Mota Padilla (Zalatitlan), Francisco Frejes
(Salatitàn), Manuel Aguirre (Tzalatitán), Luis Páez Brotchie (Zalatitlan).”[4]
Árboles de Zalate. Fotos tomadas de facebook: "Pueblo de Zalatitan mis raices"
Zalatitán
en la época prehispánica
Se desconoce la fecha de fundación de Zalatitán, al
igual que la de otros pueblos aledaños como Tetlán, Tlaquepaque, Coyula o
Tonalá. Antes de la llegada de los españoles, varios pueblos indígenas fueron
asentándose en distintos sitios del Valle de Atemajac, fundando algunos pueblos
de los atrás mencionados.
En el pueblo de Zalatitán se han encontrado varios
vestigios prehispánicos como puntas de lanza, hachas, utensilios de cerámica,
entre otros.[5]
Existen otras fuentes de información, como lienzos indígenas o crónicas
escritas por conquistadores españoles o frailes donde se da fe que en este
poblado ya había una sociedad con un sistema de vida que establecía relaciones
entre ellos y sus vecinos.
Zalatitán perteneció a la monarquía de Tonallan, que
a la llegada de los españoles estaba gobernada por la cacica Cihualpilli
Tzapotzintli; se dice de este reino que fue poblado inicialmente por indígenas
zapotecas y posteriormente toltecas de los que se sabe, ellos impusieron sus
costumbres, religión, técnicas militares entre otras. Posteriormente, distintas
poblaciones del reino fueron pobladas por indígenas cocas y tecuexes.[6]
Es poca la información que existe sobre la historia
prehispánica de Tonalá, esto no quiere decir que no existan investigaciones ya
que algunos arqueólogos e investigadores han trabajado algunos sitios que
existen dentro de su territorio.
Se sabe, en palabras de Anesagasti, que el reino de
Tonallan, que a la llegada de los españoles gobernaba la reina Cihualpilli
Tzapotzintli, tenía la siguiente extensión:
Los dominios
de este antiguo y regio cetro se extendían por el Oriente y el Norte únicamente
hasta las márgenes del Chicnáhuac o 9
aguas o Río Grande y desde Juanacatlán hasta Tlajomulco por el Sur,
extendiéndose al Poniente hasta el pueblo de Xálat (hoy Jala). Todo se
comprendía bajo cuatro tactoanazgos o
señoríos: primero, Tetlán: segundo, Tlajomulco; tercero, Tololotlán; y cuarto,
Xálat, donde habitan hombres agigantados.[7]
Hasta lo que se sabe, el reino de Tonallan estuvo
conformado por indígenas cocas y tecuexes, aunque ningún historiador se ha
puesto de acuerdo en el número de tribus que habitaban en el Valle de Atemajac,
Salvador Pérez Contreras cita a Orozco y Berra, el cual menciona este último
que “…los nahualtecas que se establecieron allá abajo, nombrando a su aldea
Coyolan. Los tzitlaltecas, radicados en Zalatitán. Los chiltecos, asentados
desde hace tiempo en el lugar llamado Tetlán”.[8]
Otra versión dice que “Tzalatitán puede haber sido una comunidad tecuexe”.[9]
No se puede asegurar hasta ahora qué tipo de comunidad
pobló Zalatitán antes de la llegada de los españoles y saberlo podría ser tema
para una investigación posterior, lo cierto es que este pueblo tuvo un pasado
prehispánico y fue un pequeño señorío dependiente del cacicazgo de Tonalá,
Zalatitán era gobernado –al momento que arribaron los españoles- por un cacique
de nombre Coyopitzantli.[10]
En las crónicas de Tello son mencionados algunos caciques
en el recibimiento de los españoles como el de Tetlán, Zalatitán, Atemajac,
Tlaquepaque (mencionado como San Pedro)[11],
Ocotlán entre otros, aunque a la llegada de estos ya existían otros
tlatoanazgos como Tololotlán, Coyula o San Martín de las Flores; respecto a la
rebelión que fue organizada en Tetlán en contra de los conquistadores,
Zalatitán no es mencionado directamente entre los aliados de los tetlanenses,
por ende, hay quienes aseguran que dicho señorío no participó en el
levantamiento organizado por el cacique de Tetlán,[12]
cosa que pondría en duda ya que el gentilicio “tzitlalteca” fue utilizado para
referirse a los habitantes de Zalatitán por cronistas como Orozco y Berra; por
su parte, Tello menciona a éstos últimos como parte de los que salieron al conflicto
armado contra los españoles.[13]
Una vez terminada la conquista del reino de
Tonallan, Zalatitán, junto con otros señoríos pertenecientes a este, recibieron
a los españoles y juraron obediencia y lealtad a Nuño de Guzmán y al rey de
España.[14]
La
época colonial
Luego de la conquista efectuada por Nuño de Guzmán,
este reservó para sí todos los señoríos aborígenes del área. En sus
instrucciones a Francisco Verdugo a principios de 1531, él ubicaba a Tonalá
dentro de la jurisdicción de la villa del Espíritu Santo (Guadalajara), es así
que Tonalá, Tetlán, Tlaquepaque y Zalatitán aparecen, en 1544, como encomiendas
pertenecientes a Guzmán.[15]
Se sabe que desde 1549 la Audiencia de Nueva Galicia
proveía corregidores para los pueblos que recientemente habían pasado a manos
de la corona: Tetlán, Tonalá, Tlaquepaque y Zalatitán. En los años 1563 a 1582
éste último fue unido a “Cuyutlan” (Coyula) y posteriormente anexado a Tonalá.[16]
Pueblo
de indios
Se ha hecho mención que desde la época prehispánica
existieron varios señoríos o pequeños estados o cuerpos políticos con
diferentes grados de autonomía, muchos tributarios de la Triple Alianza
encabezada por México-Tenochtitlan y otros independientes. Estas eran las
unidades básicas de la organización política prehispánica. A la llegada de los
españoles, estos se refirieron al señorío como pueblo, o dicho con mayor
precisión, “pueblo de indios”.[17]
Hay que aclarar que el término utilizado anteriormente define un pequeño estado
o corporación política y su territorio y no una localidad en el sentido moderno
de la palabra.
Señoríos como los mencionados en esta entrada y en
la anterior dedicado a Tetlán, había hasta por un millar distribuidos en el
actual territorio mexicano. Las primeras acciones de la conquista tenían por
objetivo lograr un acomodo con los señoríos prehispánicos, redefinidos como
pueblos de indios, de manera de permitir su control y dominación. Los rasgos de
este proceso se expresaron en un sistema conformado por caciques, encomenderos
y doctrineros.[18]
De la misma manera que la corona se hacía del
control de los señoríos, a la vez necesitaba controlar y dominar a los
españoles, quienes tenían algunos pleitos y desacuerdos, los cuales –sin las
obligaciones de los encomenderos ni sujetos a reglas como los frailes- formaron
ayuntamientos para escudarse en ellos y gozar de autonomía frente al ámbito
jurisdiccional de los pueblos. La corona reaccionó de forma que para imponer el
orden y control a estos y salvaguardar el espacio de los pueblos, quitó las
mercedes de tierras e impuso alcaldes mayores, equiparables a los corregidores
designados para los pueblos, posteriormente nombró regidores para cada
ayuntamiento, lo que hacía que ésta nuevamente reafirmara su jurisdicción.[19]
En los llamados pueblos de indios, fueron los
misioneros franciscanos quienes se encargaron de imponer el orden, estos a la
misma vez cuidaban que los españoles no cometieran abusos a los naturales
radicados en dichas poblaciones. Fue así que para los conquistadores y en
general para los posteriores pobladores no era atractivo vivir en estos
lugares, por lo que hacían en fundar las ciudades españolas lejos de los
pueblos de indios.[20]
Guadalajara fue fundada del otro lado del río San
Juan de Dios, muy alejado hacia el lado poniente de varios sitios que se
convirtieron en pueblos de indios como Tonalá, Tetlán y el mismo Zalatitán; muy
cerca del río –pero sin cruzar al otro lado- se encontraba Analco, pueblo de
indios donde los franciscanos establecieron por un tiempo el convento, hasta
trasladarlo definitivamente al lugar donde hoy se ubican los llamados “dos
templos”.
Fueron los mismos españoles vecinos de Guadalajara
quienes invitaron a los misioneros a estar cerca de su ciudad, ya fuera como un
acto de amistad y lealtad y otra para que éstos hicieran uso de su papel como
mediadores en caso de que hubiera alguna rebelión indígena.[21]
Zalatitán, al ser un pueblo de indios muy alejado de la ciudad, no representaba
preocupación alguna para los españoles.
Conquista
espiritual
“Los caxcanes, tecuexes y cocas habitantes de esta
zona dominados, contemplan como aquellos señores celebran una serie de ritos,
que pasando el tiempo sabrán que es la semana Santa, contemplan la construcción
de una iglesia rústica, se empiezan a familiarizar con un nuevo idioma…”[22]
Fue común que en todos los pueblos de indios los misioneros enseñaran la
doctrina cristiana a los indígenas para convertirlos a la nueva religión e
irlos bautizando con el pasar de tiempo, lo que en consecuencia hacía que se
abandonaran sus ritos, fiestas y adoración a sus antiguos dioses, remplazando
el culto por la veneración a algún santo o advocación de Jesucristo o la Virgen
María, convirtiéndolos así en los patronos del pueblo, de esta manera, los
frailes adaptaron sus danzas y música en beneficio del culto cristiano, quitando toda muestra de paganismo que les
pareciera indecente o contrario a la moral cristiana.
Hasta el momento no he tenido acceso a fuentes
primarias para confirmar quiénes fueron los primeros frailes en evangelizar a
los naturales de Zalatitán, aunque es sabido que “el larario de Tetlan en un
principio tuvo a su cargo los pueblos de Tzalatitlan, San Gaspar, San Martín,
San Pedro, Tetlan, Santa Cruz, San Andrés, Huentitlan, Santa Ana, Atemáxac del
Valle, Zoquipan, Ocotlan, Xocotlan, Techictlan y Tzapopan, entre algunos más,
pueblos que después se gobernaron desde Guadalajara.”[23]
Fue así como los frailes fueron los iniciadores de
una cultura bien definida basada en los valores cristianos, los cuales harían
influencia en la vida de los pueblos de indios.
Se menciona por parte de Tello, que los franciscanos
construyeron un convento franciscano en Tonalá durante los años cuarenta del
siglo XVI, probablemente esta sería una asistencia de la doctrina de Analco.[24] Sobre la administración eclesiástica que
hubo en la época colonial, en los años setenta del siglo XVI, la llamada
Santiago Tonalá fue doctrina de agustinos, e incluía Zalatitán y otros pueblos.
En 1674, Zalatitán se convirtió en vicaría y en doctrina agustina aparte en
1760, hasta ser secularizada años después. Es así que para 1770 esta última se
conservaba como una parroquia secular.
Se sabe que el icónico templo de Zalatitán fue
construido a finales del siglo XVI,[25] hasta
el momento, no se conocen fechas exactas acerca de su construcción y
terminación, tampoco hay investigador o
documentos consultados que muestren estos datos. Lo que se puede decir es que
por el tiempo en que permanecieron los agustinos a cargo de la parroquia,
fueran ellos los constructores de dicha iglesia.
Zalatitán
en los siglos XVI-XVIII
En los años de la época colonial ocurren algunos
cambios que transformaron a los pueblos hoy pertenecientes a Tonalá,
adaptándolos al proceso de mestizaje no sólo genético, sino también cultural.
En la misma época también nacen algunos pueblos como San Gaspar o el Rosario
–de los que se escribirá en entradas posteriores-, este último perteneció a
Zalatitán hasta finales del siglo XVIII.
El siglo XVI fue para Tonalá de paz. Fue el período
en que se trazan las cuadrículas de los pueblos típicas de la época colonial y
que hoy les dan esa imagen de pueblo que los distingue actualmente (la iglesia
y plaza cívica, en muchos casos con un kiosco en medio). Estas fueron
realizadas en 1548,[26] a
la vez que se fueron creando corregimientos y refundaciones para sustituir la
encomienda de Nuño de Guzmán.
La economía de Zalatitán desde la época colonial se
ha mantenido principalmente de la agricultura, esta población se ha dedicado
desde tiempos prehispánicos a la cosecha de hortalizas y legumbres, así como a
la fabricación de unas especiales artesanías de las que nos ocuparemos más
adelante. Situación que en la época colonial hizo que algunos hacendados
utilizaran a los indígenas de poblaciones como Tonalá, Coyula, Santa Cruz, Toluquilla
o San Martín como mano de obra.[27]
Durante el siglo XVI se estableció el llamado “fundo
legal” como una de las figuras legales para amparar las tierras de los indios,[28]
lo que hacía que varios pueblos de indios de la época hicieran peticiones de
tierras a la corona en los trescientos años de duración de la época, dichas
peticiones están registradas en varios documentos, algunos de ellos transcritos
en algunas obras hechas sobre el pueblo que nos ocupa.[29]
El fundo legal sufrió varios cambios en los tres
siglos que ocupan este apartado, debido a las peticiones de tierras o de
problemas con las hacienda., Respecto al siglo XVIII hubo serias dificultades
con éste en la jurisdicción de Tonalá, que abarcaba los siguientes pueblos de
1750 a 1821: la cabecera, Coyula, San Gaspar, Zalatitán, San Andrés, San Pedro,
Santa María, San Sebastián, Toluquilla, San Martín y Tololotlán;[30]
algunos de estos pueblos como Tololotlán o San Martín tenían problemas en
cuanto a la distribución de tierras, se sabe que para 1805, el fundo legal
estaba completo y bien distribuido entre los naturales.
Para los años 1789-1793 Tonalá tenía una población de
5447 habitantes distribuidos en sus once pueblos, más dos parroquias, tres
haciendas, seis ranchos y una estancia.[31]
De esta población, Zalatitán contaba con 417 naturales “divertidos en el
beneficio de sus huertas y llevar a Guadalajara las hortalizas. En este pueblo,
a sus orillas, hay un baño de aguas termales cuyas virtudes están aprobadas por
varios médicos. Al viento sur está el barrio del Rosario, que aunque tiene
alcalde, regidor y demás justíciales, está agregado al pueblo de Zalatitán.”[32]
Efectivamente el barrio de El Rosario o “Rosario de
los Palomitos” –del cual también se publicará una entrada posterior- perteneció
al pueblo de Zalatitán, y fue en el año de 1794 que la Real Audiencia cedió a
la petición de sus habitantes para separarse de este último y gozar de alcalde,
regidor y escribano, esto debido a un conflicto que tuvieron los habitantes de
los dos pueblos debido al crecimiento de las familias y el reducido territorio
que tenía el pueblo de El Rosario.[33]
Así, Tonalá contaba con otro pueblo bajo su jurisdicción, pueblo que ahora
sigue siendo una delegación y tiene actividades económicas y tradiciones
diferentes a las habidas en Zalatitán y Tonalá, situación que convierten a El
Rosario en un pueblo único junto a los demás que conforman territorio
tonalteca.
El
siglo XIX
Poco se sabe hasta ahora sobre hechos importantes
ocurridos en Zalatitán en el siglo XIX debido a pocos estudios existentes hasta
la fecha. Una vez consumada la independencia en 1821 y la disolución del
imperio en 1823, en este último año se optó por proclamar en el país una
república federal, la cual duraría hasta el establecimiento del federalismo en
1835. En el penúltimo año mencionado, Zalatitán, junto con El Rosario y San
Gaspar de las Flores acordaron unirse al sistema federado.[34]
Algunas descripciones hechas en el siglo XIX nos
aportan algunos hechos sobre Zalatitán en el trascurso de la misma centuria; un
documento firmado por Juan Díaz y Esteban Campechano –presidente y secretario
de Tonalá respectivamente- mencionan la fama del pueblo que nos ocupa por
temascal llamado “agua del obispo”.[35]
El ayuntamiento de Tonalá fue instituido desde que
México se independizó de España, conformándose de “seis regidores, un síndico
procurador, un alcalde, aunque en otro tiempo había dos, pero por leyes
posteriores, existe sólo el que se ha referido.”[36]
Tonalá se componía de los mismos pueblos de los que hemos hecho mención
anteriormente, aunque respecto a Zalatitán, es descrito como un municipio
independiente.[37]
Consulta la segunda parte en el siguiente enlace: https://historiasdelmaster.blogspot.com/2020/02/el-historico-pueblo-de-zalatitan-parte-2.html
José Eduardo González Amador
Pasante de licenciatura en historia
Universidad de Guadalajara
Consulta la segunda parte en el siguiente enlace: https://historiasdelmaster.blogspot.com/2020/02/el-historico-pueblo-de-zalatitan-parte-2.html
José Eduardo González Amador
Pasante de licenciatura en historia
Universidad de Guadalajara
[1]Ortega
Sánchez, José Carlos (et. Al.), Tonalá,
sus delegaciones y agencias, Archivo municipal de Tonalá, 2010, p. 84
[3] Basulto
Lemus, Alfredo (et. Al.), Tonalá,
tradición viva, Ayuntamiento de Tonalá, Tonalá, 2012-2015,
p. 40.
[4] Figueroa, op. Cit., p. 14.
[5] Figueroa, op. Cit., p. 1.
[6] Basulto Lemus, op. Cit. p. 3.
[7] Anesagasti y Llamas, Jaime de,
“Tonalá, Ayer y Hoy, Apuntes para escribir la historia antigua y moderna de
esta villa por el presbítero Jaime de Anesagasti y Llamas, 1892”, en González
Ramírez, Laura (coord.), Vida y obra de
Jaime de Anesagasti y Llamas, Tonalá, H. Ayuntamiento de Tonalá, 2014, p.
111.
[8] Citado por Figueroa, Op. Cit. p. 7.
[9] Figueroa, Op. Cit. p. 7.
[10] Tello, p. 80.
[11] Tello, p. 80.
[12] Figueroa, Op. Cit. p. 25;
[13] Tello, Antonio, Libro segundo de la Cronica miscelanea, en
que se trata de la conquista espiritual y temporal de la Santa provincia de
Xalisco en el Nuevo reino de la Galicia y Nueva Vizcaya y descubrimiento del
Nuevo México, México, 1981, p. 84.
[14] Tello, Op. Cit. p. 86.
[15] Gerhard,
Peter, “La jurisdicción de Tonalá”, en Olveda, Jaime, Tonalá,
historia y alfarería, Zapopan, El
Colegio de Jalisco, 1999. p. 26.
[16] Gerhard, Op. Cit. p. 28.
[17] García
Martínez, Bernardo, “Los años de la conquista”, en Velázquez García, Erik, (et. Al.), Nueva Historia general de México, México, El Colegio de México, 2010, p. 173.
[18] García
Martínez, Bernardo, “Los años de la expansión”,
en Velázquez García, Erik, (et. Al.), Nueva Historia general de México, México, El Colegio de México, 2010, p. 217.
[19]García Martínez, Op. Cit. p. 217.
[20] Figueroa, Op. Cit. p. 32.
[21] Figueroa, Op. Cit. p. 32.
[22] Figueroa, Op. Cit. p. 34.
[23]Begoldere
Brito, Francisco J. (et.Al.), Rutas
culturales Jalisco MX: Ruta franciscana de Tzapopan, Jalisco, Gobierno de
Jalisco, 2009, p. 21.
[24] Citado
en Gerhard, Op.
Cit. p. 28.
[25] Basulto Lemus, Op. Cit. p. 40; Figueroa, Op. Cit. p. 74.
[27] Figueroa, Op. Cit. p. 38.
[28] Castro Gutiérrez, Felipe, “Los
ires y devenires del fundo legal de los pueblos de indios”, en Revista del Instituto de Investigaciones
Históricas UNAM, México, 16 de agosto de 2016, en http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/homenaje/04_04_ires_devenires.pdf p. 69.
[29] Véase Figueroa, Op. Cit. pp. 40-45; Olveda, pp. 39-54.
[30] Contreras
Ojeda, Silvia Herminia, “Las tierras de las comunidades indígenas de Tonalá”,
en Olveda, Jaime, Op. Cit. p. 44.
[31] Menéndez
Valdés, José, “La jurisdicción de Tonalá (1789-1793)”, en Olveda,
Op. Cit. p. 55.
[32] Menéndez Valdés, Op. Cit. p. 57.
[35]“Descripción
geográfica de la villa de Tonalá y su comprensión (1868)”, en Olveda, Op. Cit. p. 61.
[37] Olveda, Op. Cit. p. 62
José Eduardo González Amador
Pasante de licenciatura en historia
Universidad de Guadalajara
José Eduardo González Amador
Pasante de licenciatura en historia
Universidad de Guadalajara
Amigos para hablar de historia sobre el pueblo de zalatitan se necesita muchos años de investigación .
ResponderEliminarMuy interesante, se nota qué hay mucha investigación detrás de tu trabajo. Excelente fuente de datos, gracias por compartirla!
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